¿Por qué no poner nombres a las mascotas?

Siempre tendía a buscar nombres ocurrentes, graciosos y en teoría distintos al resto de nombres que se les pone a las mascotas. Todo esto, lo hice con perros pájaros tortugas peces y gusanos, hasta que un día, decidieron adoptarme dos cachorritos de gatos callejeros, a los que decidí llamar Trini y María Teresa.

Y pasó el tiempo, Trini y María Teresa crecieron, venían igual que se iban, mientras yo esperaba el día en que la llamada de la naturaleza llamara a las puertas, pero ese día no llegaba. Mis preciosas gatas salvajes mis compañeras, ellas  me enseñaron a querer a los gatos a quizás lograr entenderlos un poco más y ante todo a respetar su autonomía.

Trini y María Teresa, María Teresa y Trini, las gatas gratas que no querían ser mamás. Y claro que no querían ser mamás...

Un día que jamás olvidaré, ya que era mi cumpleaños, mientras tomábamos unas copas en el jardín de la casa, ellas decidieron presentarse a mis invitados, yo orgulloso dije "estas son mis fieles compañeras Trini y María" y un personaje que se encontraba allí me replicó no perdón en todo caso serán Manuel y Fernando, porque estos bichos tienen rabo"

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